..Una vez más..los perros judíos metidos en todas las mierdas habidas y por haber...

miércoles, 22 de octubre de 2014

Judios ..ladrones de cadaveres

Israel y su carroña circuncidada están metidos en el tráfico de carne humana, esta forma moderna del canibalismo, además del caso de la red mencionada en el artículo de Bolström, hay muchos más.


· En Turquía: el profesor israelí Zaki Shapira fue detenido en Turquía por sospechas de haber descuartizado a unos turcos vivos, informó el ortodoxo diario Jerusalem Post.


· En Sudáfrica: otro diario pro-judío, el New York Times, reportó el caso de una mafia israelí activa en semejante tráfico entre Sudáfrica y Brasil.


· En Brasil: un oficial israelí, Gedalya Tauber, fue detenido en Brasil por incitar a los pobres a compartir pedazos de sí mismos. Largó información sobre la actividad de sus compatriotas en el ramo.


· En Ucrania: el Jerusalem Post informó sobre la detención de "una red israelí dedicada al tráfico ilegal de órganos", que llevaba a contrabandistas y receptores a Ucrania.


En muchos casos, los médicos, los traficantes, contrabandistas y receptores de los pedazos humanos eran israelíes, porque el Estado judío es el único país en el mundo donde el Estado financia aquello, y los mejores médicos están legalmente metidos en el transplante de órganos obtenidos por fraude, según informó Ha'aretz. La etapa siguiente fue el desarrollo de redes internacionales para este tipo de tráfico. Los judíos están bien posicionados para encontrarse envueltos en este negocio sórdido: son muchos los médicos judíos, hay muchos vínculos entre comunidades judías en distintos países, y las inhibiciones morales son pocas.Los modernos Judios se han olvidado de su religión, pero sí han conservado esta falta de inhibición. Un periódico de negocios israelí, The Marker, publicó un artículo de opinión de un abogado israelí justificando el comercio de órganos humanos, porque "los órganos no son más que implementos, por lo cual pueden ser objeto de compra y venta como cualquier otro objeto útil en un mercado abierto". 
La distancia entre riñones comprados o arrancados no es mucha: si los órganos son "simples implementos”, cómo no va ser lícito sacárselos a los palestinos.  Más importante, el escándalo que arman los Judios demuestra que –a pesar de que lo aprueban los cabalistas radicales y los neoliberales– la transplantación de órganos humanos es algo inmoral y atroz, muy cercano al canibalismo, y lo sabemos todos. Sí, es espantoso que los soldados israelíes les saquen los riñones a los palestinos y los maten después. 

Donald Boström, fotógrafo sueco que trabajó en Cisjordania en 1992, fueenviado por oficiales de la ONU a seguir las huellas sangrientas de unos soldados israelíes que habían secuestrado a jóvenes palestinos, y devolvieron sus cuerpos muertos cinco días después "con un tajo desde el abdomen hasta el mentón". Los familiares en Cisjordania y en Gaza afirmaban con toda seguridad: "Nuestros hijos fueron utilizados como involuntarios donantes de órganos; desaparecieron durante algunos días y fueron devueltos en plena noche, muertos y autopsiados. ¿Por qué retuvieron los cuerpos durante cinco días antes de permitir que los sepultáramos?. ¿Qué pasó con ellos mientras tanto?. ¿Para qué les hacen autopsias contra nuestra voluntad, cuando la causa de la muerte es algo evidente?. ¿Por qué nos los devuelven de madrugada?. ¿A qué viene la escolta militar?. ¿Por qué cerraron el área durante el sepelio?, ¿y el apagón, al mismo tiempo?”.


Estas preguntas siguieron obsesionando a Boström. Tomó algunas fotos de los cuerpos devueltos. Como Vanunu, logró enviar sus filmes afuera. Al regresar a Suecia, le ofreció el reportaje al Dagens Nyheter, un diario de izquierda, que es propiedad de la familia judía Bonnier. DN se negó a publicarlo. El relato fue silenciado hasta ahora, cuando el diario socialdemócrataAftonbladet decidió largarlo.


En Israel la reacción fue histérica. El país está en peligro de reventar de rabia. Se ejercieron pesadas presiones sobre las autoridades suecas para condenar el diario, para castigar al autor insultante y para conseguir que pidiera perdón. La embajadora sueca en Tel-Aviv, miembro de la familia judía Bonnier, rica e influyente, que por cierto es la misma que posee la mayoría de los diarios suecos, de los canales de televisión y los cines, expresó en internet que "se sentía muy afectada y repudiaba aquello". Pero su veloz aceptación del diktat de Tel-Aviv le salió mal, pues el gobierno sueco rechazó su interferencia, abogando por la libertad de la prensa; los editores deAftonbladet insistieron en su derecho a decir lo que consideran correcto y exigieron una investigación internacional.


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