El poder de Israel está basado en la Diáspora, las muy estructuradas, políticamente y económicamente poderosas redes judías que tienen acceso directo e indirecto a los centros de poder y propaganda del país imperial más poderoso del mundo. El poder de Israel se manifiesta en las numerosas peregrinaciones anuales que los políticos influyentes estadounidenses hacen a Israel para declarar su lealtad al Estado israelí, por el contrario, los sátrapas estadounidenses del mini-imperio israelí aplaudieron la invasión de Líbano por el Estado judío, su sangrienta represión de las Intifadas I y II y se opusieron a cualquier mediación internacional para impedir más masacres israelíes, sacrificando la credibilidad de las Naciones Unidas.
Donantes judíos ricos y poderosas y disciplinadas organizaciones recaudadoras de fondos.
El Gobierno estadounidense - tanto el Congreso como la Presidencia.
Los medios de comunicación - en particular The New York Times, Hollywood y las principales cadenas televisivas.
Los jefes de los sindicatos y los directores de los fondos de pensiones.
Hay una solapación importante entre estas cuatro configuraciones institucionales. Por ejemplo, los partidarios judíos en el lobby israelí trabajan en estrecha colaboración con líderes del Congreso para conseguir ayuda militar y económica estadounidense a largo plazo y a gran escala para Israel. La mayor parte de los medios de comunicación y algunos sindicatos están bajo la influencia de partidarios incondicionales de la maquinaria bélica israelí y su economía rentista. Judíos pro israelíes están representados de modo desproporcionado entre los financieros, políticos, profesionales, académicos, inmobiliarias, seguros y medios de comunicación. Aunque los judíos son una minoría en todas y cada una de estas categorías, su desproporcionado poder e influencia proviene del hecho de que están organizados, son activos y se concentran en una sola cuestión - la política estadounidense en Oriente Medio, y expresamente en conseguir apoyo militar, político y financiero masivo, incondicional, y continuado de Washington a Israel. Operando desde sus puestos estratégicos en la estructura de poder, son capaces de influir en la política y censurar cualquier voz disidente que circule libremente por los sistemas de comunicaciones y político.

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