La Policía israelí y el servicio secreto interno, Shin Bet, temen que radicales judíos aprovechen la próxima visita del cura-emperador Francisco a Tierra Santa para lanzar ataques a fin de llamar la atención de los medios, asegura la edición electrónica del panfleto judaico "Haaretz".
El cura emperador tiene previsto desplazarse a Tierra Santa y uno de los principales temores de las fuerzas de seguridad es que los denominados crímenes de odio o racistas tengan como objetivo a la población y lugares cristianos en diferentes puntos del país, ladra el panfleto judio.
Preguntado sobre esta información, el portavoz del la Policía de Israel, un tal Miki Rosenfeld, aseguró no tener constancia de amenazas específicas relacionadas con la visita del cura, si bien, precisó que las medidas de seguridad generales tendrán por misión obviamente garantizar el nivel de seguridad en los lugares santos y puntos sensibles que visite el personajillo.
Pero veamos como lo relatan ellos..
El portavoz reconoció, no obstante, que en las últimas dos semanas se han incrementado los incidentes criminales contra árabes israelíes y que la Policía trata en todo momento de impedir que se vulnere el orden público.
"La seguridad de todos los movimientos del papa está garantizada y los caminos serán cerrados antes y después de su visita", subrayó Rosenfeld.
El "Haaretz" menciona que varias comandancias policiales han sido instruidas por las autoridades locales para centrar sus operativos y esfuerzos extraordinarios en materia de seguridad e inteligencia en la población cristiana y sus instituciones hasta que concluya la visita del Santo Padre.
La Iglesia Católica Romana en Jerusalén ha expresado su preocupación por recientes amenazas recibidas por dirigentes cristianos por parte de radicales judíos así como contra propiedades eclesiásticas en el país.
A finales de abril el vicario de Nazaret, monseñor Giacinto-Boulos Marcuzzo, recibió una carta con amenazas en la que se exigía a la comunidad cristiana que abandonara Israel o se enfrentara a la cólera de Dios.
El sospechoso, un radical judío que firmaba la misiva como "el mesías, hijo de David", fue detenido por la Policía.
El pasado lunes apareció una pintada de "muerte a los árabes y cristianos y a todos aquellos que odian a Israel" en hebreo en una columna junto a una de las oficinas de la Asamblea de Obispos en el Centro Notre Dame de Jerusalén Este.
Francisco tiene previsto almorzar allí el próximo 26 de mayo y entrevistarse con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
"La ola de fanatismo e intimidación contra los cristianos continúa", reza un comunicado publicado en la página web del Patriarcado Latino de Jerusalén.
Y se pregunta si se trata de "¿mera coincidencia?, el Centro Notre Dame es propiedad de la Santa Sede y esta provocación se produce a dos semanas de que el papa Francisco visite tierra Santa y Jerusalén".
Bajo la denominación de "política de precio", radicales de extrema derecha judíos y colonos llevan a cabo actos de vandalismo contra propiedades palestinas en el territorio ocupado, así como árabes de Israel, lugares cristianos, residencias de pacifistas e incluso instalaciones militares, en represalia por acciones contrarias a sus intereses.
El papa Francisco tiene previsto visitar Israel, Jordania y Cisjordania entre el 24 y el 26 de este mes, en el que será su primer viaje a la zona desde que fue designado máximo representante de la Iglesia Romana el año pasado. EFE
“Etiqueta de precio.” Este es el nombre con el que se conoce desde hace aproximadamente dos años el fenómeno de actos de vandalismo contra propiedades árabes en Cisjordania, cometidos por extremistas de la derecha radical en Israel.
A pocos días de la visita del Falso Papa, mensajes de odio han sido pintados en muros de Jerusalén.No es una denominación casual. Sus propios responsables quisieron desde un comienzo transmitir con ello un mensaje: cada vez que el ejército desaloje una construcción judía, alguna estructura de vivienda erigida por ejemplo en un asentamiento o puesto no autorizado sin permiso oficial, ellos ya cobrarán “el precio”.
La “venganza” contra el ejército y las autoridades –determinaron en la práctica– será arrancar olivos, pinchar neumáticos y pintar grafitis ofensivos contra los árabes y el islam en aldeas palestinas.
Hace ya tiempo que a ello se agregó otra dimensión: pintadas anticristianas en muros de monasterios e iglesias de Jerusalén.
Y hace pocos días, justo al faltar muy poco para la llegada del papa Francisco a la región, la Iglesia católica denunció que en las paredes del Centro Notre Dame, frente a las murallas de la Ciudad Vieja, alguien escribió “muerte a los árabes, a los cristianos y a todos los que odian a Israel”. Otra “novedad” es que en los últimos meses se incrementaron los ataques de este tipo dentro del territorio israelí.
En una mezquita en Umm el-Fahem se pintaron grafitis de odio, así como en la localidad de Furadis y otros puntos, todos en el norte del país, donde hay numerosa población árabe.
Las autoridades manifiestan creciente preocupación por el fenómeno, pero en el terreno quienes se sienten vulnerables ante la posibilidad de ser atacados alegan que no se hace lo suficiente para detenerlo.
La Iglesia católica, en la persona del patriarca latino, monseñor Fuad Tuwal, exigió a Israel tomar las medidas necesarias.
Por su parte, la ministra de Justicia de Israel, Tzipi Livni, y el ministro de Seguridad interna, Yizhak Aharonovich, apoyan la iniciativa de llamar a los actos de “etiqueta de precio” “terrorismo”.
Pero el ministro de Vivienda, Uri Ariel, dijo que “son actos despreciables e inaceptables y los responsables deben pagar por ellas”, pero que no se pueden comparar con el terrorismo.
Jana Beris
Jerusalén
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