A las Puertas de Sión, los cristianos de Tierra Santa, estan discriminados pero por su fe, están de capa caída, si antaño ocuparon una tierra abrumadoramente cristiana hoy son apenas el 2%. La Fundación EUK Mamie, iniciativa del Hogar de la Madre, acaba de sacar un nuevo documental sobre la situación actual de los Cristianos en Tierra Santa: “A las puertas de Sión”.
Esta producción audiovisual de media hora incluye entrevistas al cardenal Edwin O´Brien, gran maestro de la Orden del Santo Sepulcro; al padre Artemio Vítores, vicario de la Custodia de Tierra Santa; a Amal Hazeen, cristiana de Belén en los territorios Palestinos y actualmente profesora en la Universidad Pontificia Urbaniana y a Majdi Hashoul, seminarista de la diócesis de Haifa (Israel) para dar una visión más profunda de la situación.
Peregrinar ayuda a los cristianos
El cardenal Edwin O´Brien afirma en el vídeo que “fomentamos las peregrinaciones a Tierra Santa. Es un gran signo de apoyo, no sólo apoyo financiero para las obras de caridad que la Iglesia está haciendo allí, sino también apoyo psicológico para los cristianos. Cuando ven los intereses que la gran familia mundial de los cristianos tiene en ellos, les anima a perseverar”.
La profesora Amal Hazeen recuerda en su entrevista cómo de pequeña iba todos los días a la basílica de la Natividad en Belén y el profundo impacto que esta experiencia tuvo en ella.
Cuenta además el recuerdo que se le ha quedado marcado de las visitas a Jerusalén, a la basílica del Santo Sepulcro: “Ser cristiano y haber nacido en aquella tierra, yo lo he sentido como un gran don”.
Lamenta a la vez las dificultades que tienen actualmente los cristianos de Belén en visitar los lugares santos: “Hoy por desgracia es muy difícil para los cristianos ir allí, tienen que tener un permiso y son permisos difíciles de obtener para los residentes, sean cristianos, sean musulmanes”.
Cristianos discriminados
Madji Hashoul es un joven seminarista de la diócesis de Haifa (Israel), actualmente es subdiacono y está a las puertas de su ordenación diaconal.
Explica en su entrevista que “nuestra situación es casi desconocida en el mundo. Muchos no saben de nuestra existencia. Estamos allí, vivimos allí. No somos nuevos conversos de hoy, somos desde el tiempo de Jesús. Los cristianos locales son árabes-cristianos”.
Y continúa diciendo: “como cristianos no nos sentimos ciudadanos de primera, segunda o tercera clase sino que nos sentimos mucho menos. Hay un sentimiento de discriminación, ya sea en las oportunidades de trabajo, ya sea cuando uno va a las distintas instituciones, por desgracia se siente inferior”.
Una fe que persevera
El cardenal Edwin O´Brien es muy positivo en su exposición de la situación, porque aunque reconoce que la situación es muy díficil y hasta trágica, explica a la vez que los cristianos locales tienen una fe tan profunda que les impulsa a perseverar: “Me sobrecogía la profundidad de la fe de los que allí estaban, de los jóvenes, lo serio que se toman su fe católica, las actividades y la unidad que mostraban. Son una minoría y por eso se unen fuertemente. Están fuertes en su identidad y a pesar de los muchos obstáculos que confrontan, nada les paraliza en la práctica de su fe y en el entusiasmo por su fe”.
La profesora Amal, después de exponer la situación de los cristianos locales en su entrevista dentro del programa, propone una solución: “aquí se necesita dialogar. Cuando se va a dialogar, se debe tomar en consideración la cuestión de la paz, de la justicia y de la igualdad. Todos deben tener el derecho de poder vivir en fraternidad y en paz y poder acceder a estos lugares libremente.”
Madji Hashoul, por su parte, termina su intervención en el vídeo pidiendo a los fieles que vengan a verles: “lo más importante para nosotros es que aquellos que van a visitar los lugares santos se acuerden de nosotros, recuerden que esta pequeña comunidad cristiana local es una parte de la Iglesia universal, es una parte además importante, porque ha sobrevivido durante siglos persecuciones muy difíciles, muy difíciles.”
Con la cruz y orando
Según detalla la agencia Fides, una cruz de madera encabezaba la marcha, y los participantes cantaban y recitaban oraciones por el camino.
Después, difundieron una declaración en la que denuncian los actos de intimidación contra monasterios, cementerios, iglesias y mezquitas, como expresión de impulsos racistas de una minoría extremista israelí.
“Una minoría irresponsable”
“Se ha tratado de una manifestación espontánea para denunciar los reiterados ataques contra los Lugares Santos realizados por una minoría irresponsable, que pone en peligro la convivencia pacífica entre los pueblos y entre las personas”, explicó a la Agencia Fides el obispo William Shomali, del Patriarcado Latino de Jerusalén.
20 meses de pintadas y agresiones
En Israel se inició en febrero de 2012 (hace, pues, más de 20 meses) una oleada de pintadas intimidatorias y vandalismo contra inmuebles y propiedades de cristianos y también musulmanes, a menudo firmadas como “Price Tag” (o “Precio a Pagar”), un movimiento extremista israelí anti-cristiano y anti-musulmán. En agosto, las pintadas racistas y amenazadoras de Price Tag aparecieron en el monasterio de Deir Jamal después de que fuese atacado con un cóctel molotov, mientras acogía dentro varios campamentos de verano. El Patriarca latino, Fuad Twal, acudió al lugar a condenar los hechos con firmeza.
Pinchar ruedas
Ese mes también el arzobispo greco-ortodoxo, Atallah Hanna, denunció los ataques contra “lugares sagrados, incluso cementerios”, que daban el mensaje de “fuera de nuestra tierra”. “La respuesta es que estamos para quedarnos, esta es nuestra patria, nuestros sitios santos y rechazamos toda forma de racismo y fundamentalismo venga de donde venga”, declaró el arzobispo Hanna.
Otra técnica de Price Tag es pintar en coches estrellas de David, pinchar sus ruedas y dejar mensajes en las paredes de las casas cercanas, como hicieron en junio en el barrio de Beit Hanina. Una semana antes combinaron el pinchar las ruedas de 22 coches con dejar pintadas en la iglesia adyacente en la Ciudad Vieja de Jerusalén. El 14 de junio incluso quemaron dos coches en el barrio de Sheikh Jarrah. Ese mismo mes hicieron pintadas racistas en el cementerio greco-ortodoxo de Jaffa.
El antiguo patriarca latino de Jerusalén, Michel Sabbah; el arzobispo Atallah Hanna, patriarca de la Iglesia griega ortodoxa de Jerusalén; y el obispo Munib Younan, jefe de la Iglesia luterana en Palestina y Jordania que preside la federación luterana mundial, son los firmantes de dicha nota.
Como aspiramos a la justicia y a la paz, aseguran, “reconocer a Palestina y fijar las fronteras de (régimen de) Israel son la primera etapa para conseguir este objetivo”.
Tras mencionar su cansancio por convocar la reanudación de negociaciones, la misiva rememora que “no podemos ir a nuestras iglesias por culpa de un poder extranjero y que nuestro pueblo sigue siendo humillado por una ocupación indeseable”.
En este sentido, destacan el “deber de resistencia” de los cristianos y piden a las autoridades europeas respaldar las iniciativas “no violentas” de los palestinos en aras de acabar con la ocupación israelí y hacer reconocer el estado de Palestina con las fronteras de 1967 con Al-Quds como capital.
Tras la guerra de junio de 1967 entre palestinos e israelíes, el régimen de Israel conquistó y se anexionó Al-Quds, medida no reconocida por la comunidad internacional; y a partir de esa fecha los israelíes han desarrollado sus asentamientos en diferentes puntos de los territorios palestinos, al mismo tiempo que sueñan con destruir la Mezquita Al-Aqsa, a fin de transformarla en un templo judío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario