La raída verdad de la Operación Alfombra Mágica

La juderia recuerda la inmigración de 50.000 judíos yemenitas como un milagro, pero un nuevo libro afirma que la misión fue tanto una tragedia como una farsa. La historia de la inmigración yemenita se modeló intencionalmente como un cuento de hadas encantador con el fin de ocultar que en realidad no fue así en absoluto.


¿Cómo se convirtió esta estafa en un mito fundamental vinculado a las ideas religiosas de salvación y redención nacional?
Los organizadores de la misión se presentaron como salvadores. El éxodo masivo de los judíos yemenitas se explicó en términos de un despertar mesiánico entre una comunidad religiosa que pasó de 2.000 años en el anhelo de redención.

Por lo menos 700.000 judíos llegaron a Israel durante los primeros años del Estado. Lo que hizo singular fue el número de muertos, dice esta profesora.
Los inmigrantes yemenitas llegaron hambrientos y enfermos al campo de tránsito establecido para ellos en la ciudad portuaria yemení de Adén, después de haber caminado cientos de kilómetros

Cerca de 700 emigrantes judíos murieron en el campamento y fueron enterrados en un cementerio adyacente. Otros 150, carentes de lo más básico para la travesía, murieron entre la frontera del Protectorado de Adén, controlada por los británicos, y el Yemen del Norte.
Luego, cuando los inmigrantes llegaron a Israel, las muertes continuaron. La tasa de mortalidad infantil posterior a la llegada fue alta. Mientras los hacedores del mito de la Operación Alfombra Mágica atribuían estas tragedias a la difícil situación en el Yemen, debido a una planificación incompetente, a la apatía y al abandono.

Version de la juderia.
Sin embargo, la JDC no es el único partido culpable. El gobierno israelí accedió a que el JDC manejara la operación. Eso significa que ellos, también, comparten parte de la culpa de esta tragedia. El éxodo de los judíos de Yemen se planificó con la colaboración del imán de Yemen, que controlaba Yemen del Norte, de las autoridades británicas en Aden, el Estado de Israel, la Agencia Judía y la American Jewish Joint Distribution Committee. Cada parte jugó un papel en la tragedia, dice Meir-Glitzenstein. El imán, que se benefició enormemente de la propiedad y los impuestos confiscatorios con que se gravaba a la comunidad judía, no movió un dedo para ayudar a sus súbditos, que estaban desesperadamente necesitados de ella. Los británicos tampoco ayudaron.

Mucha gente fuera del Comité sabía lo que estaba pasando, entre ellos el primer ministro David Ben-Gurion y otros ministros del gobierno, dice ella. Todo el mundo guardó silencio. Tal vez querían proteger al Estado de Israel, que era tan nuevo, y tal vez estaban preocupados por la reputación del JDC, que jugó un papel importante en llevar judíos a Israel y ayudarles a instalarse.