Fares Ouda, un muchacho de trece años, él es el pequeño David palestino que vimos enfrentar al Goliat judío en los suburbios de Gaza y que fue inmortalizado por el fotógrafo de Associated Press, Laurent Rebours. Fares el temerario, el que tiró piedras contra el monstruo blindado con la gracia de San Jorge, el santo venerado en Palestina. Afrontó al enemigo con los modos de un pequeño aldeano cazando un perro rabioso. Esa foto fue tomada el 29 de octubre y, algunos días después, el 8 de noviembre, el chico fue abatido a sangre
fría por un miserable tirador israelí.
Todavía hoy, en San Francisco, dos militantes por la paz, el sacerdote católico Labib Kobti y el rabino totalmente judío Michael Lerner, siguen recibiendo amenazas de muerte de parte de grupos terroristas judíos y las toman muy en serio. Los palestinos son agricultores y ciudadanos más bien pacíficos. Saben cuidar a los olivares y los viñedos y saber fabricar el zir, esa jarra que guarda fresca el agua aún cuando sopla el “khamsin” más ardiente.
Sin embargo, estos simples campesinos son todavía capaces de darnos a todos una lección de heroísmo, cada vez que un enemigo trata de apoderarse de su tierra. Por otra parte, los palestinos han probado su coraje hace siglos y siglos, en la época legendaria de los “Jueces”, cuando sus ancestros combatieron a los invasores del borde del mar.
Los israelíes quisieran ser los verdaderos palestinos.
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