..Una vez más..los perros judíos metidos en todas las mierdas habidas y por haber...

jueves, 10 de octubre de 2013

Espiar al pueblo y otras miserias



Vale la pena visitar el museo de la Stasi o Ministerio de Seguridad del Estado o Servicio de Inteligencia Interior instalado en su antigua sede, calle Normanenstrasse, Berlín Este.  La Stasi nació en 1950 bajo el régimen socialista real de la República Democrática Alemana y expiró con la caída del Muro de Berlín, en 1989. Contiene, entre otras, una colección de equipos empleados para espiar a la población de Alemania Oriental, cámaras en miniatura que se podían esconder en los ojales del saco, en corbatas y hasta en falsos caramelos, artefactos de escucha a distancia que la tecnología alcanzada en el país perfeccionó.

Se consideró a la Stasi el mejor sistema de vigilancia del prójimo y no era para menos: el número de sus agentes ascendía a 91.000 y además contaba con los soplos de 173.000 informantes civiles, en muchos casos obligados a prestar semejante servicio. Sorprende encontrar los nombres de algún escritor más o menos célebre en la lista del caso. Las administraciones autoritarias no se manejan de otro modo. Tal vez porque tienen conciencia del horror que imponen y temen las reacciones de la ciudadanía. Su estilo de orden y mando no admite réplica.

Las tentaciones de la imitación son grandes y la gran democracia del Norte está copiando ciertas técnicas. El gobierno de Obama ha consolidado y aun ampliado los programas de espionaje de los estadounidenses que W. Bush estableció. Hace un par de años, el Pentágono suspendió la Oficina de Actividades de Contrainteligencia en el terreno (CIFA, por sus siglas en inglés), que se dedicaba a vigilar a los grupos pacifistas y a infiltrar provocadores en los mitines de quienes se oponen al servicio militar obligatorio, como los cuáqueros. El argumento del terrorismo aquí no sirve: una cosa es poner bombas y muy otra manifestar una opinión que a la Casa Blanca no le gusta. Con Obama, la CIFA renació bajo las alas del Pentágono.

El mes pasado informó The Washington Post que la DIA o Agencia de Inteligencia de Defensa desea abrir una nueva base de información sobre individuos y grupos . Su labor consistirá en reunir datos concernientes a individuos involucrados o de interés para las operaciones del Pentágono relacionadas con inteligencia, contrainteligencia, antiterrorismo y antinarcotráfico, así como personas implicadas en actividades de inteligencia extranjera y/o de entrenamiento . Dos funcionarios que prefirieron el anonimato apuntaron que “CIFA fue disuelta en el papel, pero buena parte de su personal y algunas de sus funciones fueron transferidas a un centro de la DIA , encargado de documentar operaciones que afectarían la seguridad nacional a fin de sancionarlas. Su definición es imprecisa y muy abarcadora.

El espionaje de ciudadanos estadounidenses por su gobierno comenzó en 1967 con Lindon B. Johnson presidente y se incrementó después del 11/9. Mike van Winkle, vocero del Centro de información antiterrorista de California, explicó así la vigilancia de manifestantes pacíficos contra la guerra de Irak: Si hay un grupo que protesta contra una guerra cuya causa es la lucha contra el terrorismo internacional, podría haber terroristas en esa protesta. Casi se puede decir que la protesta es un acto terrorista . Estas declaraciones se formularon a más de un año del gobierno de Obama.

La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) ha denunciado acosos y persecuciones policiales contra simples ciudadanos en 34 de los 50 estados del país , los más frecuentes en California y Colorado. Algunos casos cruzan la línea del ridículo. El Departamento de Policía de Los Angeles ordenó en 2008 que todos sus efectivos vigilaran a 65 personas de conducta sospechosa. Las conductas: usar binoculares, dibujar diagramas, tomar notas. La más curiosa: sacar fotos o filmar videos sin valor estético aparente.

Los vegetarianos deben andarse con cuidado en EE.UU. Un propulsor del buen trato a los animales impartió en Fresno una conferencia acerca de los beneficios de una dieta vegetariana. Lo escucharon unas sesenta personas, de las que el 10 por ciento era de agentes encubiertos. La policía del estado de Maryland infiltró más de treinta grupos pacifistas y/o contrarios a la pena de muerte y erróneamente identificó como terroristas a 53 personas y a unas dos docenas de organizaciones. Esta información fue enviada a diferentes organismos de seguridad, incluido el FBI.

Guantánamo no cierra todavía y –un ejemplo– siguen las torturas en la base aérea estadounidense de Bagram, Afganistán. El protocolo de W. Bush en la materia se ha perfeccionado con Obama. Nadie detiene al progreso.
miércoles, 26 de mayo de 2010

La CIA propuso presentar a Saddam como homosexual previo a la invasión de 2003

Jeff Stein
The Washington Post

Durante la planificación de la invasión de Iraq en 2003, el Grupo de Operaciones de Iraq de la CIA intentó imponer varias ideas falsas para desacreditar a Saddam Hussein ante los ojos de su pueblo.

Una de estas ideas fue la creación de un video que presuntamente muestra al gobernante iraquí teniendo relaciones sexuales con un adolescente, según dos ex funcionarios de la CIA familiarizados con el proyecto y entrevistados por The Washington Post, que pidieron anonimato.

Se vería como si hubiera sido tomada por una cámara oculta, dijo uno de los ex funcionarios. Muy granulado, como si fuera una filmación secreta de una sesión de sexo.

La idea era entonces inundar Iraq con los videos, dijo el ex funcionario.

Otra idea era interrumpir la programación de televisión iraquí con un boletín especial de noticias falsas. Un actor que interpreta a Hussein anunciaría su renuncia a favor de su impopular hijo Uday. Estoy seguro de que usted dará su apoyo a Su Excelencia Uday, aseguraba el falso Hussein.

Los servicios técnicos de la agencia colaboraron en las ideas, que también incluía la inserción de falsos titulares para la parte inferior de la pantalla en los noticieros iraquí.

La Agencia también realzó un video en el que mostraba a un presunto Osama bin Laden y sus colaboradores sentados alrededor de una fogata con botellas de licor y comentando sus conquistas masculinas, recordó uno de los ex funcionarios de la CIA, riendo al recordarlo. Los actores fueron algunos de nuestros empleados de piel oscura, dijo.

Finalmente, algunos de estos proyectos se detuvieron, dijo el ex oficial, porque nadie podía llegar a un acuerdo sobre estos.

Dijo que encontraron una fuerte oposición de James Pavitt, entonces jefe de la División de Operaciones de la agencia, y su adjunto, Hugo Turner.

Las ideas eran totalmente ridículas, dijo el otro ex oficial de la agencia a The Washington Post. Venían de personas cuyas carreras se gestaron en América Latina o Asia Oriental y no entendían los matices culturales de la región.

Trataron de montar una campaña que muestraba una total falta de comprensión de esa cultura. Siempre partimos del error de nuestro propios tabúes asumiéndolos como universal cuando, en realidad, no son más que nuestros tabúes, afirmó el oficial.

Un funcionario de EE.UU., que habló bajo condición de anonimato, se negó a confirmar las historias, o negarlas.

Aunque no puedo confirmar estas historias, si estas ideas estuvieron flotando en cualquier momento, es evidente que no iban a ninguna parte, dijo el funcionario.

La realidad, aseguraron los ex funcionarios, fue que el organismo no tenía suficiente dinero y conocimiento para llevar a cabo los proyectos.

El Ejército se hizo cargo de las ideas que finalmente se concretaron, dijo uno. Ellos tenían expertos en psicología para la guerra, establecidos en Fort Bragg, centro para la guerra especial del Ejército”.

La Agencia se deshizo de la mayoría de sus acciones encubiertas no paramilitares en la década de 1980, después que Bill Casey murió, dijo el ex funcionario tercero. Era un fanático de la acción encubierta, pero Bob Gates, quien lo sucedió en calidad de director de la CIA, e incluso los que vinieron después de él, no querían tener nada que ver con eso.

Hubo una intensa actividad durante la primera Guerra del Golfo”, agregó el funcionario, pero el general Norman Schwarzkopf dejó en claro que tenía que aprobar todo, y básicamente no aprobaba nada, excepto, de mala gana, la distribución de propaganda. A finales de los 90 había muy poca gente que sabía algo de acción encubierta y cómo hacerlo.

El envío de folletos para la propaganda también tuvo consecuencias imprevistas, agregó el ex funcionario.

Según las historias de la invasión de 2003, la única forma realmente eficaz de guerra de información que se originó en el Pentágono, fue enviar faxes y correos electrónicos a los comandantes de las unidades iraquíes que comenzaron los enfrentamientos, diciéndoles que su situación era desesperada e invitándolos a que dejaran sus tanques, artillería y hombres, y regresaran a casa. Muchos lo hicieron.

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