..Una vez más..los perros judíos metidos en todas las mierdas habidas y por haber...

lunes, 22 de abril de 2013

La sede del partido sionista en el edificio de la GESTAPO

La historia tiene estas cosas, aunque a veces se hable poco de ello. En este caso, se trata de una conspiración veraz, producida más por la necesidad que por el deseo de engañar a la población.


El edificio de la GESTAPO.


Quizás para comprender mejor este asunto haya que echar un vistazo a lo que era la política de los años treinta, incluido el mapa colonial.

Como todos sabemos, Palestina era colonia británica, y como sabemos también, la principal razón de ser del movimiento sionista era crear un hogar nacional judío en los territorios históricos de la Biblia. O sea, en su Tierra Prometida. Le echamos un ojo a la Wikipedia para conocer más de cerca el movimiento sionista:

El sionismo es un movimiento político internacional que propugnó desde sus inicios el restablecimiento de una patria para el pueblo judío en la Tierra de Israel («Eretz Israel»).1 Dicho movimiento fue el promotor y responsable en gran medida de la fundación del moderno Estado de Israel.
Aunque sus orígenes son anteriores, el movimiento político laico actual fue establecido oficialmente por el periodista austro-húngaro Theodor Herzl a fines del siglo XIX. El movimiento tiene como objetivo fomentar la migración judía a la Tierra Prometida y fue exitoso en la fundación del Estado de Israel en 1948, siendo actualmente el único Estado judío del mundo. El sionismo constituye una rama del fenómeno más amplio del nacionalismo moderno.2 3 Descrito como un “nacionalismo en la diáspora”,4 el sionismo se autodefine como un movimiento de liberación nacional,5 cuyo objetivo es la libre determinación del pueblo judío.
El sionismo sostenía que los judíos eran primordialmente un grupo nacional (como los polacos o los alemanes) y no un grupo religioso (como los musulmanes o los católicos) y que, como tal, tenía derecho a crear su propio Estado en su territorio histórico. La formulación clásica de la idea es la que hizo Theodor Herzl en su opúsculo Der Judenstaat (El Estado Judío, publicado en Berlín y Viena en 1896), que tiene como precedentes doctrinales la obra de Moses Hess Roma y Jerusalén (1860) y la del médico judío ruso Leo Pinsker Autoemancipación (1882), que contiene ya la consigna «Ayudaos, que Dios os ayudará». El sionismo se puso como objetivo primario la creación de un Estado judío moderno, considerando que con ello devolvía al pueblo judío su estatus de nación y pondría fin a dos milenios de vida en el exilio. Ante las grandes dificultades a las que se enfrentaron los judíos para establecerse en la antigua Tierra de Israel, se barajaron algunas alternativas temporales, sin intención de establecer un Estado nacional, solo como refugio ante la ola de pogromos y persecuciones en la Rusia zarista, como la Argentina — en la que se crearon numerosas colonias de inmigrantes judíos europeos—, y aun en una porción del África Oriental Británica (el conocido como «proyecto Uganda», en la actual Kenia), ofrecida por el gobierno de Londres; éstas fueron estudiadas (el propio Herzl estudia en su obra las ventajas comparativas de Argentina y Palestina)7 y finalmente rechazadas por la dirigencia sionista, y se prefirió el establecimiento del futuro Estado en Palestina, una región en manos del Imperio Turco y que no se correspondía a ninguna división administrativa, por lo que sus límites no estaban establecidos. En paralelo a estas ideas, se fueron produciendo sucesivas oleadas migratorias (llamadas Aliyá) de muchos jóvenes obreros y estudiantes, que escapaban en su mayoría del antisemita ambiente ruso y dispuestos a levantar la antigua patria judía basándose en dos ejes: el trabajo agrícola y la resurrección de la lengua hebrea, que dejó de hablarse alrededor del siglo I a. C., aunque siguió utilizándose en la literatura y, sobre todo, en la liturgia y con propósitos académicos.
 La inmigración judía a Eretz Israel se inició en 1882. La denominada Primera Aliyá vio la llegada de alrededor de 35.000 judíos en el término de unos veinte años. La mayoría de los inmigrantes procedían de Rusia, donde el antisemitismo era rampante. Ellos fundaron una serie de asentamientos agrícolas con el apoyo financiero de filántropos judíos de la Europa occidental. La Segunda Aliyá comenzó en 1904. Otras Aliyot, cada vez con más inmigrantes, se sucedieron entre las dos guerras mundiales, impulsadas en la década de 1930 por la persecución nazi. Actualmente siguen llegando inmigrantes a Israel, en los últimos años especialmente desde la antigua Unión Soviética.

La Declaración Balfour de 1917 apoyó la creación de una Patria Judía en el Mandato Británico de Palestina.
De la declaración Balfour y sus terribles consecuencias ya hablaremos otro día, porque la cosa tiene mucha miga, pero el caso es que a los británicos no les pareció buena idea ceder una de sus colonias más estratégicas a los judíos y se opusieron a ello con todas sus fuerzas. De hecho, en aquyella época comenzaron ya los enfrentamientos en Palestina entre los ingleses y los militantes sionistas.

La primera consecuencia, lógica con la lógica de la época, fue que los Servicios Secretos británicos, el temido MI5, pusieron todo su empeño en perseguir a los líderes del movimiento sionista por todo el mundo. A consecuencia de ello, varios líderes sionistas fueron asesinados y el partido sionista estuvo a punto de resultar decapitado, incapaz por aquel entonces de garantizar la seguridad a sus líderes, perseguidos por una fuera con muchos más medios y mucho más organizada.

Y aquí es donde entra en juego Reinhard Heydrich, el talento más oscuro del nazismo.
Heydrich se planteó lo siguiente: ¿qué es lo que quieren los sionistas? Que los judíos europeos emigren a Palestina. ¿Y qué es lo que queremos nosotros? Lo mismo. Que se larguen, y cuanto más lejos, mejor. No en vano, en aquella época ya se habían planteado varios planes de expulsión de los judíos, como el Plan Madagascar, del que ya hablaremos en su momento. Y otros muchos. De hecho, la Solución Final se llamó así porque antes se habían propuesto otras muchas soluciones.

Heydrich siguió reflexionando: bien, pues los sionistas y nosotros queremos lo mismo. ¿Y a quién perjudica que se vayan a Palestina? A Inglaterra. ¡Pues estupendo!
La consecuencia fue directa: para Heydrich, los sionistas eran un magnífico aliado, así que entendió que podía ofrecerles protección as cambio de coordinar las políticas de emigración de los judíos hacia Palestina. De ese modo fue como la GESTAPO ofreció su sede, en Prinz Albrechtstrasse 28 al partido sionista, seguros de que allí no se atrevería a ir a seguirles el MI5 y allí podrían realizar sus operaciones gozando de protección.

Y así fue. Durante al menos dos años el partido sionista operó desde aquella oficinas, sin que los servicios secretos británicos se atrevieran a lanzar allí ningún ataque.

Lo que pasó luego es de sobras conocido. Pero eso fue más tarde, cuando ya se había declarado la guerra… Y sobre todo, cuando Rudolf Hess había volado ya a Inglaterra. Mientras Hess fue vicepresidente del gobierno, el trato se mantuvo.

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