Los falsimedia, tendenciosamente, esquivan la información que nos haría entender que el problema central en el conflicto sirio no radica en la insurrección armada, ni en la violencia, ni en la revuelta política. Con toda la intencionalidad, se nos ofrece una visión de la situación que induce a considerarla y a tomar medidas, aspecto este que conduce al mayor error, para resolver únicamente lo “visible” del problema, lo inmediato, obviando analizar las verdaderas causas que se esconden tras ella. Si a la opinión pública se le muestra un escenario de tanques, misiles y levantamiento de rebeldes y represión del gobierno oficial, la reacción, casi pauloviana, será acabar con la “guerra”, con la “lucha”, derrocar al gobierno (apoyando a los “rebeldes”) o asesinar a los rebeldes (apoyando con armamento al gobierno).
Simple. Muy simple. Excesiva y sospechosamente simple. Deberíamos plantearnos que, lo más importante detrás del conflicto sirio no es el Ejército de Liberación Sirio ni el Consejo Nacional Sirio, ni los grupos terroristas organizados que están actuados cubiertos por su velo, sino los intereses económicos, financieros y empresariales que se esconden tras ellos y que llevan ya bastante tiempo financiando y esponsorizando sus actividades. Siria no es un territorio cualquiera, un espacio neutral y no lo es desde que Wall Street clavase sus pupilas en ella, como pieza clave de las aspiraciones geopolíticas americanas que tienen como objetivo final lograr una hegemonía global, que políticos con pocos escrúpulos, y muchas participaciones y acciones en multinacionales que no pueden permitirse no ganar billones jugando al monopoly en el tablero de Oriente medio y África, como la reina fascista americana, H. Clinton se empeñan en maquillar.
“Los aliados externos”, el gobierno americano, fundamentalmente, es consciente de que Siria es la pieza clave para tratar de resquebrajar el poder de otro fantasma para América, Irán, y, además, forma parte de la lista de países que han de “cambiar de régimen”, de acuerdo a la voluntad del tío Sam. Lo prueba el calendario de ataques que ha sufrido Siria durante años.
Occidente, América y sus aliados, sueña con destruir, y establecerse, colonizar, no solo Siria, sino Irán, en un planteamiento que desea conseguir la hegemonía global que se ha iniciado promoviendo y financiando guerras en África del Norte, siguiendo en Oriente Medio, Irán y, previsiblemente, también en Europa y Asia.
Occidente se ha convertido en un experyo creador de paradigmas falsos, debates inducidos y conflictos escudo, que solo pretende, desatendiendo el número de víctimas, ocultar la verdadera naturaleza de sus intenciones. Sirva como ejemplo la creación, bajo la etiqueta de organización sin ánimo de lucro, de la National Endowment, financiada por la CIA para impulsar la Democracia e identificada por numerosos geoanalistas como elemento clave que facilitó la formación de los activistas que participaron en las "revoluciones árabes de primavera" en el Medio Oriente y África del Norte.
Si deseamos comenzar a entender qué hay detrás de conflictos inducidos, como la guerra actual en Siria, deberíamos empezar por leer un texto de 1991 del ex subsecretario de defensa P. Wolfowitz, también antiguo presidente del Banco Mundial, que comienza con una declaración, sobre la necesidad de "limpiar" los viejos regímenes clientes de la Unión Soviética (Siria, Irán e Irak). En él se esbozan los planes para el cambio de régimen sirio, que se remonta a 2002, así como el programa de capacitación del Departamento de Estado, iniciado en 2008 para capacitar a 5.000 activistas de Túnez, Egipto, Siria y el Líbano.
Y, para seguir, en esta fase inicial de intentar “comprender” el porqué de la guerra de Siria, deberíamos echar una ojeada a la imagen que aparece al final de este artículo, en la que aparecen las multinacionales con intereses económicos en que en Siria se produzca una masacre lo suficientemente sangriente como para que la entrada triunfal de los americanos sea aplaudida y vitoreada por el resto del mundo, engañados una vez más por las campañas mediáticas orquestadas por el imperialista eimplacable Tío Sam y aliados. Fuente : http://lamoscaroja.wordpress.com/
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